El tema de los formularios luego de un accidente es un tema de mucho debate en este tipo de casos. A las aseguradoras les encantan y en el lado de los reclamantes no existe amor a primera vista.
Hay que comenzar por aclarar, que este tipo de formularios típicamente se ven en los accidentes de caídas, donde el dueño u operador del lugar con sus empleados o la ayuda de la seguridad privada, le requieren al ciudadano que sufre el accidente que llene un formulario.
La primera pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Realmente tengo que llenar un formulario luego de mi accidente? La respuesta a esa pregunta es bien sencilla: NO.
No existe ninguna ley que lo requiera en forma alguna. Es algo que se ha desarrollado a través de los años cuando las aseguradoras comenzaron a solicitarle a sus asegurados que tuvieran constancia de los accidentes que ocurren en sus facilidades. Y si lo miramos estrictamente desde ese punto de vista, son justos y necesarios. Ni el dueño del negocio ni la aseguradora, están para que se les presente una reclamación que realmente no ocurrió en su propiedad, sino en otro lugar, lo cual a través de los años ha pasado. Y eso, simplemente, no puede ocurrir y nadie lo puede permitir. El fraude hay que atacarlo en todas sus facetas. A las aseguradoras y los dueños u operadores de propiedades solo le vamos a presentar reclamaciones legítimas y verdaderas.
¿Porque entonces decimos que entre los reclamantes y el formulario no existe amor a primera vista? Porque como ocurre con otras buenas ideas en todas las faenas de la vida, muchas cosas se desvirtúan y el formulario es una de esas cosas. El proceso se ha desvirtuado en la medida en que las personas que trabajan para la aseguradora o el dueño u operador del negocio, su mentalidad ha cambiado, ya no es hacer constar que ocurrió un accidente en determinado lugar, día y hora por una razón particular. Al presente pretenden mucho más que eso.
Ven a la persona en el suelo, tirada, desesperada de dolor, confundida y aturdida con todo lo que le está ocurriendo, pidiendo auxilio médico y mientras esa ayuda llega, redactan lo que entienden ocurrió, de la forma que lo quieren relatar, para proceder a pedirle a esa persona tirada en el suelo que ponga su firma en el documento, tal y cual si la persona lo hubiera llenado y que con su firma refrende todo lo que dice allí.
El perjudicado pensando que es algo que por ley se requiere, que es un acto de buena fe de ese empleado de la tienda o de la aseguradora, lo firma, para en el futuro enterarse, por medio de un ajustador de la compañía de seguros que amablemente le llama a decirle que recibió el formulario de su reclamación, pero que muy lamentablemente, a base de lo que dice el formulario que el lesionado firmó, pues no tiene caso. Y como usted ya sabe, un mal principio del caso es la mejor garantía de un mal final.
Siempre que usted firme un documento como ese, solicite copia en el acto, nunca lo deje para después, ya que tanto el dueño del lugar como la compañía de seguridad privada y sus aseguradoras, se negarán a darle copia en el futuro. El documento que usted llenó será esencial para la evaluación de su caso y su manejo en lo sucesivo, ya que cualquier error en el relato futuro del accidente, conllevará que usted pierda credibilidad y que pierda la oportunidad de reclamar.
En los accidentes de vehículo de motor, se solicita llenar un formulario, pero es en una etapa más avanzada de la reclamación. Esto permite que la persona ya se encuentre en un estado de salud adecuado, que le permitirá llenar el formulario o tener la precaución de notar si el formulario que le están brindando contiene un error en el relato del accidente y puede atenderlo en el momento.
Independientemente del tipo de accidente que usted haya tenido, nunca firme ningún documento con el cual usted no esté de acuerdo o que usted no haya revisado o consultado antes. En todo caso y sin excepción, pida copia del mismo, lo estudia, analiza, consulta y entonces responde.